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domingo, 24 de julio de 2011

Lo que no te mata… te fortalece


¨Lo  que  no  te  mata… te  fortalece¨, es un viejo prefacio pero muy cierto y ejemplos sobran a lo largo y ancho de todo el mundo  y en el devenir de todos estos siglos de historia. Hoy deseo compartir con ustedes los padres, familiares y amigos de estos ángeles, nuestros ángeles con autismo algunas estadísticas que he estado investigando.

Como he dicho desde un comienzo en este blog, la llegada del diagnóstico de Autismo es siempre un duro golpe para las parejas, con efectos -en muchos casos- devastadores. Tan es así que hasta el año 2005  las estadísticas de divorcio eran de un 75 % en los matrimonios donde, al menos, uno de sus hijos presentaba algún tipo de discapacidad y en el caso del Autismo específicamente en muchos países esa cifra se elevaba  hasta un 80%, lo cual creaba la sensación de que inevitablemente estas relaciones estaban condenadas a fracasar.

 El Dr. Brian Freedman, director del “Center for Autism and Related Disorders at Kennedy Krieger Institute”, presentó el 19 de Mayo del 2010 los resultados de un estudio, que entiendo vienen a romper una leyenda urbana sobre la relación causa efecto entre el autismo y el divorcio.
El informe se ha basado en la Encuesta Nacional de Salud Infantil del 2007, norteamericano, que encuesto a 77.911 familias con hijos entre los 3 a 17 años de edad. Y el resultado no deja lugar a dudas. En las familias donde al menos un hijo tenía autismo, el 64 % de los niños vivían con ambos padres. En las familias no afectadas por el autismo, el 65 % vivían en un hogar con ambos padres. Tan solo el 1% de diferencia entre ambas.
Esto evidencia que con el pasar del tiempo y del conocimiento que tenemos hoy del Autismo, además del amor, la comprensión, el apoyo, el sentido humanístico y la sensibilidad de la pareja, se ha logrado disminuir notablemente estos porcentajes adversos y aunque la vida no es fácil para los que tenemos en el seno familiar un niño  con un trastorno del espectro autista, las ganas de luchar por ellos, la esperanza y el no rendirnos ni conformarnos nunca han sido el motor impulsor en esta hermosa y desgastante empresa.
El monstruo del autismo no logró matarnos, nos hirió profundamente y ahora regresamos al combate diario contra él,… mucho más fortalecidos.